Hasta finales del S.XIX y principios  del S.XX, las verdaderas fuerzas motrices de elaboración eran los molinos, principalmente de aceite y trigo. Como aún no existía la electricidad se acumulaban en torno a diferentes cursos de agua, para que estos fuera el motor que las impulsara. En toda la zona hay diversos molinos. En Dúrcal los más antiguos se acumulaban en torno al Barranco de las Fuentes y el Río. Este Barranco fue asentamiento Romano, como demuestran los diferentes restos encontrados; es pues la zona el primitivo asentamiento del pueblo y como testigo nos ha quedado «el puente viejo», la villa romana y los diferentes molinos.