Granada a principios del siglo XIX se levantaba con fuerza. Era preciso vertebrar de nuevas vías de comunicación más acorde con los tiempos. Había que sustituir los antiguos caminos reales de herradura por carreteras que permitieran el paso de carruajes y de nuevos transportes. Se decide para llegar a Motril utilizar la parte del camino real que iba por la Alpujarra y que pasaba por Dúrcal, Talará, Béznar, e Izbor entre otros. El antiguo camino real que iba a Motril pasaba por Restábal y por Pinos del Rey. (pero uno de los hombres con más influencia de toda la corona fue el Arzobispo, procedente de Pinos, Don Juan José Orbe, confesor de la reina Isabel II, decidiendo este que no pasase la carretera por su pueblo para no contaminarlo, con las cosas que pensaba, traería el progreso y la carretera).
Para acabar esta enorme obra de ingeniería se tardaron años, trabajando en varios puntos de la carretera a la vez, sobre todo en los tramos más complejos, los puentes. La carretera se inicia el 5 de abril de 1839. Se traen miles de presidiarios de distintos puntos de España (Málaga, Madrid, Cartagena, Toledo, Zamora etc.) Que son hospedados en distintos presidios habilitados, junto a también cientos de soldados que los vigilaban.
Se ponen en Padul fábricas de ladrilloy hospitales de primeros auxilios , en Alhendin fábricas de herramientas. En estos tiempos y con esta especial mano de obra se dedican especialmente a los desmontes de terrenos.
En la década de los 50 se muestra el nuevo trazado para el puente del río Dúrcal. La falta de financiación hace que la obra se demore el tiempo, la titularidad de las obras pasaba de ser provincial a estatal y así sucesivamente y no fue hasta 1950 cuando en un nuevo cambio, el estado empezó a asumir los costes y darle un nuevo impulso al proyecto.
Es entonces cuando traen desde Tarragona al ingeniero de caminos Don Juan Tuset que acomete los nuevos diseños para la realización de los puentes y túneles de la misma.
Concretamente en Dúrcal para salvar la depresión del río, la carretera se adapta y se construye el puente en el sitio más estrecho y con menos altura, estableciéndose pendientes para ello, y lo traza de forma recta como posteriormente se hizo con el puente del tranvía. El puente constaba de 104 metros de longitud, distribuidos en siete arcos semicirculares de 8,40 m de luz, seis pilas o pilastras de 2,5m de anchura y la altura de los arcos hasta el suelo es de 19,5 m.