El lavado de la ropa ha sido a lo largo  de la historia uno de los trabajos más habituales desempeñados por las mujeres, hasta la popularización del agua corriente en las viviendas, esta función se desempeñó en las orillas de los ríos, acequias, abrevaderos o patios de viviendas. A partir del S.XVIII se convierten los lavaderos en lugares de trabajo y encuentro de las mujeres. En ellas  se fraguaron muchos amoríos, casamientos, leyendas y cancioncillas que perduran en la memoria popular.El lavadero de las fuentes de Dúrcal, se encuentran al principio del camino de las fuentes y muy cerca del Parque de la Estación. Este lavadero público fue reedificado a mediados del S.XX. Estuvo funcionando muy poco tiempo, ya que en esta época empezaba a canalizarse el agua dentro de las casas y se comenzó a popularizar el uso de la lavadora. Es de sencilla construcción sin ornamentos  y se presenta en dos espacios bien diferenciados. La parte mas visible es una gran nave rectangular realizada con robustos paredes de mampostería; el tejado es a cuatro aguas y cubierto con teja árabe. La nave mide 15 metros de largo por 5 metros de ancho aproximadamente. Dentro se enuentran las pilas de lavado, que son altas y relativamente nuevas, en ellas se podía lavar de pie. Anexo a la nave hay un espacio rectangular a ras de suelo, este espacio está dividido en tres pilas, en dos de ellas se enjabonaba y en la otra se aclaraba; estas pilas son las mas antiguas del lavadero, antes de poner las pilas altas, se lavaba en cuclillas o de rodillas en el suelo.

Rodeando el lavadero de las fuentes se dispuso por el año 2009 un jardín con plantas utilizadas tradicionalmente en la zona para fines medicinales, alimenticios…etc

Esta iniciativa organizada por la Casa de la Juventud de Dúrcal, se plasmó en una guía didáctica dirigida por Juan José  Diana del Fresno, titulada » Plantas del Jardín etnobotánica de Dúrcal. Algunas de las plantas que podemos encontrar en el jardín son: