El puente más antiguo de los que tenemos en Dúrcal, es conocido popularmente como puente romano, aunque su origen haya que datarlo en  época medieval. Aunque no se tienen datos históricos de que perteneciese a la época romana, muy cerca por el camino denominado real ,que subía hacia lo que hoy en día es el pueblo, en el pago de las fuentes, se han encontrado los restos de una villa romana por lo que se puede asociar este camino como un paso natural desde zonas más interiores al valle, a la costa, y a las alpujarras.

La morfología de este puente es bien sencilla, ya que consta de un solo ojo y su tablero adopta el perfil de “ lomo de asno”, que traducido de otra manera significa que la plataforma del puente sufre una subida y una bajada, lejos de ser plano. Está fabricado en mampostería de piedras medianas, probablemente del río, trabadas con hormigón de cal, y con un enlucido ocre.

Podemos suponer que esta obra se realizó en el periodo andalusí, y que estuvo usándose de forma habitual hasta mediados del siglo XIX, en el que este camino real fue sustituido por la antigua nacional 323, y de esta forma permitir el paso de carretas ya que debido a las fuertes pendientes del terreno su uso no era el más adecuado.

Este puente aparece claramente dibujado en el primer mapa del que se tiene constancia, los mapas del marqués de la Ensenada. En donde se vislumbra cuál era el camino para acceder al pueblo. También se hace mención en los libros de apeo y repartimiento de 1572.

Este puente es historia viva de nuestro pasado, aunque su estado de conservación debido a su  robustez es muy aceptable, es un patrimonio vivo, digno de la mayor protección y conservación. Numerosas rutas por el río pasan cerca de este magnífico puente medieval de Dúrcal, formando parte de placenteros paseos que pueden ser disfrutados por todo el que se acerque a esta especial zona, rodeada de agua, vegetación , diversos puentes y molinos con muchos años de historia entre sus muros.