Evaristo Pérez Carrillo

Nace en Nigüelas en 1880.

Hijo de José Pérez y de Margarita Carrillo Robles, vive en la Calle la Cruz de esta localidad hasta los 8 años que muere su madre.

Junto con sus dos hermanos menores y su padre se traslada a Dúrcal. Estudia bachiller interno en el colegio de los Escolapios de Granada y en 1.898 ingresa en la Facultad de Medicina y realiza prácticas en el Hospital de San Juan de Dios.

Acaba la carrera cinco años después y consta en los archivos del Ayuntamiento de Dúrcal que es nombrado Médico Titular de dicha localidad el 18 de septiembre de 1903, tras un concurso en el que se presentaron además D. José Rubio de Linares y D. Enrique García Cappa. Al poco tiempo, el 3 de enero de 1904 fue designado también médico de Nigüelas, su pueblo natal.

La labor ejercida durante los primeros años estuvo llena de dificultades y penurias. Renunció a casarse por dificultades en su familia y también por la dedicación cada vez mayor a la profesión.

Fue médico de todos sin ningún tipo de afiliación política. Se le reconocía porque iba a los pueblos circundantes a ver a los pacientes montado en un caballo y con una capa negra. Lo que hacía con los enfermos solo lo saben ellos y sus familias y ha quedado como testimonio para las generaciones posteriores que era afable, cariñoso y servicial.

Le movía el amor por los demás, sobre todo cuando pasaban por situaciones difíciles (pobreza, enfermedad, abandono…)

Una de las facetas que más llamaba la atención en su consulta era la gran biblioteca que poseía, casi toda de libros de medicina bien cuidados y trabajados, cosa inusual para un médico de pueblo.

 

Huía de las adulaciones y homenajes públicos, aunque tuvo que asistir al reconocimiento del pueblo de Dúrcal cuando a mediados de los años cincuenta le pusieron su nombre a una de las calles.

Siguió ejerciendo hasta que vio que le faltaban las fuerzas y había otros médicos más jóvenes en la localidad. Pero como decían sus enfermos ellos no se fiaban hasta que Don Evaristo no daba el visto bueno.

Estuvo con la mente lúcida hasta el día de su fallecimiento el 8 de febrero de 1968, cuando ya había cumplido los 88 años.