Método de análisis y resultados obtenidos (I)

Para la elaboración de estos dos planos se ha partido del siguiente planteamiento: el territorio adquiere dimensión de paisaje cuando es percibido visualmente. En consecuencia, frente al incontable número de posibles puntos de observación que puede contener un espacio de las dimensiones y características del Valle de Lecrín, es pertinente seleccionar un número manejable de emplazamientos que resulte suficiente para abarcar la mayor parte del ámbito, especialmente su zona central, dada la concentración de elementos de interés paisajístico en dicho espacio. Tales emplazamientos desde donde visualizar el paisaje deben cumplir con diversas condiciones para ser útiles, especialmente la accesibilidad, la potencial afluencia ylo presencia cotidiana de observadores y la significación del espacio perceptible; además, deben responder a distintas lógicas, aunque complementarias.

Por tanto, tras la búsqueda de emplazamientos adecuados en trabajo de campo, se han seleccionado algo más de medio centenar, que se distribuyen así: 7 en la red viaria principal (autovía y carretera nacional), siendo muchos de ellos puntos de observación dinámica (con el vehículo en movimiento) por dificultad, cuando no imposibilidad, de hacer parada; 16 en la red viaria secundaria (carreteras comarcales y locales), siendo en su mayoría puntos de observación estática, pues resulta factible detener el vehículo en ensanchamientos de los arcenes; 5 en miradores establecidos, casi siempre en los límites urbanos de núcleos de población, si bien no todos ellos con suficiente adecuación; 3 desde elevaciones del terreno, es decir, desde altozanos que triangulan el área central del Valle y a los que es relativamente fácil acceder; 7 desde lugares singulares, puesto que su acceso es a través de caminos o senderos y, además, permiten apreciar escenarios relativamente cerrados (encajamientos y gargantas fluviales); finalmente, casi una treintena de emplazamientos se distribuyen por los núcleos rurales, completando así los puntos cualificados de observación del paisaje del Valle.

A su vez, los puntos de observación cualificados presentan diferentes alcances (gran panorámica, escena significativa o ambas posibilidades al unísono) y, en algunos casos, permiten la contemplación, dentro del escenario paisajístico, de elementos patrimoniales, que normalmente son cualificadores del mismo. Además, y en su práctica totalidad, los puntos de observación jalonan sendas visuales, corredores desde los que resulta factible y provechosa la contemplación del paisaje. De este modo, cada senda visual presenta un margen o lateral de mayor interés paisajístico, o bien ambos en algunos casos (sobre todo cuando discurren por cuerdas o divisorias topográficas).