A caballo y a pie por el Valle de la Alegría

Senderismo, rutas a caballo, cicloturismo y naranjas deliciosas para pasar unos días de asueto en pequeños pueblos y magníficos parajes

Sacado de Ideal TEXTO: ANDREA G. PARRA / FOTOS: IDEAL / GRANADA

ALBUÑUELAS. La empresa Caballos Palmali enseña las mejores panorámicas del municipio a lomos de un caballo.

http://www.caballospalmali.es

LOS DATOS
  • Dónde ir: Al Valle de Lecrín, también llamado por los musulmanes Valle de la Alegría. Esta zona la integran los municipios de Villamena, El Valle, Abuñuelas, El Pinar, Lecrín, Nigüelas, Dúrcal y El Padul. Estos los conforman a su vez un gran número de anejos poblacionales y cortijadas con un encanto especial.
  • Qué hacer: Senderismo, rutas a caballo, participar de actividades en el circuito de motocross de Dúrcal o en el de tiro al plato del mismo pueblo y, por supuesto, deleitarse con el estallido de color y de olores de esta zona descrita por muchos viajeros como un vergel en el que hay cientos de árboles como los naranjos y almendros, entre otros muchos. También se puede practicar en estos pueblos cicloturismo. Eso sí, hay que estar un poco en forma para recorrer los caminos.
  • No olvidar: Llevar ropa cómoda y botas para poder caminar por el campo y, como casi siempre, es aconsejable llevar una cámara fotográfica para plasmar las bonitas estampas que brinda el paisaje.
  • Más información: En los ayuntamientos de cada uno de los pueblos y también en la página web del Patronato de Turismo, www.turgranada.es

Está a mitad de camino entre la capital alhambreña y la Costa Tropical. Las vetustas callejuelas y rincones de los pueblos y cortijadas del Valle de Lecrín rebosan paz y un olor inconfundible de los naranjos y restos de cítricos y de algunos almendros que inundan la zona. Béznar, Melegís, Chite o Murchas, o lo que es lo mismo, en la mayoría de los anejos de El Valle y Lecrín es donde más abundan los naranjos. Un auténtico vergel.

Antes de adentrarse en la senda de los pueblos del Valle de la Alegría, como lo llamaron los musulmanes, el viajero se topará en esta ruta con municipios como El Padul, Dúrcal, Nigüelas o Villamena. En El Padul se pueden divisar unas magníficas panorámicas de la comarca desde la sierra del Manar, concretamente desde los miradores naturales de la Cruz de la Atalaya y la Silleta de El Padul. No son los únicos parajes naturales con encanto; otro es La Laguna, que da cobijo a decenas de especies. El excursionista que se adentre en las calles de este pueblo caminará tranquilamente y descubrirá algunas arquitecturas llamativas como la ermita de San Sebastián, la Casa Grande o la iglesia de Santa María.

La siguiente parada por los pueblos y caminos del Valle de Lecrín la hacemos en Dúrcal. Junto a El Padul, son dos pueblos que ofertan buenos alojamientos rurales. Dúrcal es la localidad de los puentes, uno construido incluso por discípulos de Eiffel. Además de fijarse en estas construcciones, otra de las excusas para visitar este lugar son los Baños de Urquízar, excelentes para la salud.

Antes de ir a Dúrcal se puede hacer una parada en Villamena, formada por los municipios de Cónchar y Cozvíjar, cuyos entornos están repletos de manantiales, fuentes y cuevas. El recorrido trascurre por la N-323 y la A-44, y antes de emprender el camino el viajero debe hacer una parada en Nigüelas, un pequeño enclave en el que sus moradores no tienen prisa: por algo les llaman los lentos. Un museo construido a partir de un viejo molino de aceite, caminos antiguos... Y es que en las zonas más próximas a la capital no hay cítricos, lo que abundan son los olivos, los cereales y algunos almendros.

Aventura

Tras pasear por las callejuelas de estos pueblos y por algunos de sus parajes naturales, en Albuñuelas, considerado el corazón del Valle de Lecrín, la parada es para disfrutar de la singularidad de las rutas a caballo que organiza Juan, el encargado de la empresa Palmali. Se pueden hacer rutas de dos, tres y cuatro horas por los alrededores de este pueblo, incluido su río. Los recorridos de cuatro horas son recomendables para los más expertos porque los caminos son más dificultosos. Llegan hasta el vecino Saleres. A los trayectos de dos horas pueden apuntarse hasta niños de ocho y diez años y gente que no haya montado nunca a caballo. Esta ruta cuesta 35 euros por persona. En el recorrido se podrá gozar de buenas vistas. El teléfono de contacto es el 958 776 081.

En los numerosos anejos de El Valle y Lecrín es donde se ubican los grandes campos de cítricos. Y los antiguos caminos por los que se puede practicar senderismo. También es recomendable realizar en algunas zonas cicloturismo. Hay que recordar que en Dúrcal hay un campo de tiro al plato y un circuito de motocross.

En Lecrín el viajero descubrirá un antiguo monumento bastante singular: las termas romanas de Feche (Mondújar). Este municipio dispone de parajes de gran belleza al pertenecer al Parque Natural de Sierra Nevada. En sus tierras se encuentra además el embalse de Béznar. En este microcosmos, que disfruta todo el año de un clima muy benigno, también se conservan grandes olivos centenarios como los de los anejos de El Pinar, con impresionantes balcones y manantiales de aguas serpenteantes. Esta amplia oferta está muy cerca de la capital. En las próximas semanas los pueblos de los cítricos, fundamentalmente, han programado diferentes fiestas y actividades en las que se podrá participar.